viernes, 18 de abril de 2025

San León Magno VS Ulrich Zwinglio

(Papa del siglo V, uno de los grandes defensores de la Cuaresma como un tiempo de penitencia y preparación espiritual).

ULRICH ZWINGLIO (reformador suizo del siglo XVI, quien rechazó la Cuaresma y los ayunos eclesiásticos como imposiciones humanas no bíblicas).


San León Magno: La Cuaresma es un tiempo sagrado de preparación para la Pascua, establecido por la Iglesia desde los primeros siglos. A través del ayuno, la oración y la caridad, nos unimos a la Pasión de Cristo y purificamos nuestras almas.


Ulrich Zwinglio: No hay ningún mandato en la Escritura que imponga la Cuaresma o el ayuno eclesiástico. La verdadera fe no depende de tradiciones humanas, sino de la relación personal con Dios.


San León Magno: Pero incluso Cristo ayunó cuarenta días en el desierto. La Cuaresma nos permite imitar su sacrificio y prepararnos espiritualmente para la Pascua.


Ulrich Zwinglio: Jesús ayunó, pero nunca ordenó que sus discípulos hicieran lo mismo en un tiempo específico del año. La fe no debe ser atada a rituales impuestos por la Iglesia.


San León Magno: No es una imposición, sino una práctica de siglos que ayuda a los fieles a crecer en virtud. Desde los tiempos apostólicos, los cristianos han ayunado antes de las grandes celebraciones.


Ulrich Zwinglio: Pero la fe no se mide por la abstinencia de alimentos. “No es lo que entra por la boca lo que contamina al hombre” (Mateo 15:11). Dios no nos exige ritos externos, sino un corazón sincero.


San León Magno: El ayuno no es solo abstenerse de comida, sino renunciar a los vicios y abrir el corazón a Dios. Es una disciplina que fortalece la voluntad y nos acerca al Evangelio.


Ulrich Zwinglio: Pero cuando la Iglesia lo convierte en una obligación, deja de ser una expresión libre de fe y se convierte en una carga innecesaria. La salvación viene por la gracia, no por el cumplimiento de normas eclesiásticas.


San León Magno: La gracia nos salva, pero la penitencia nos ayuda a reconocer nuestra fragilidad y a depender más de Dios. ¿Acaso no dijo Pablo: “Castigo mi cuerpo y lo someto a servidumbre” (1 Corintios 9:27)?


Ulrich Zwinglio: La autodisciplina es buena, pero no debería ser regulada por la Iglesia como si fuera un mandato divino. Cada creyente debe decidir cómo se acerca a Dios sin imposiciones externas.


San León Magno: La Iglesia guía a los fieles como una madre amorosa. La Cuaresma no es una carga, sino un camino hacia la conversión, basado en la tradición apostólica y en la experiencia de siglos de santos.


Ulrich Zwinglio: Prefiero seguir solo lo que está en la Escritura. Si alguien quiere ayunar, que lo haga, pero no como un mandato eclesial.


San León Magno: Y sin embargo, millones de cristianos encuentran en la Cuaresma un tiempo de gracia y renovación. No es un peso, sino un don para preparar el alma para la Pascua de Cristo.









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