Judas Macabeo, fue el líder de la revuelta judía contra el Imperio Seléucida. Es conocido por su valentía y por restaurar el Templo de Jerusalén, pero también por su enfoque combativo y radical.
Judas Macabeo, aunque un héroe para muchos, podría ser criticado desde la perspectiva estoica por su dependencia de la violencia y el conflicto para lograr sus objetivos.
Epicteto enseñaba: “No hay que dejar que el impulso te controle; domina tus pasiones y encontrarás la paz.” Judas Macabeo, en su lucha, a menudo dejó que la ira y el resentimiento lo guiaron, en lugar de la sabiduría y la prudencia.
Su victoria física fue grande, pero un estoico podría cuestionar la falta de una victoria interior, más allá de la guerra externa.
Judas Macabeo nos recuerda que el verdadero poder no está solo en el campo de batalla, sino en la capacidad de mantener la calma, la justicia y la moderación. El estoico, incluso en la guerra, no debe perder su paz interior.
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