Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.
Pater noster, qui es in caelis
sanctificetur nomen tuum
adveniat regnum tuum
fiat voluntas tua
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum quotidianum
da nobis hodie
et dimitte nobis debita nostra
sicut et nos dimittimus
debitoribus nostris
et ne nos inducas in tentationem
sed libera nos a malo.
Amen.
+ TANTOS AÑOS REZANDO EL PADRE NUESTRO
Tantos años rezando el Padre nuestro y quizás todavía no he descubierto que esa oración me hermana con cada ser humano, todos amados del Padre, todos miembros de la gran familia humana.
Tantos años rezando el Padre nuestro y quizás todavía no he asumido «nuestras ofensas» pensando que solo son otros los que ofenden y eso no va conmigo.
Tantos años rezando el Padre nuestro y quizás todavía no he sabido darme cuenta de que, aunque a mí me llegue el pan de cada día, tantos hoy siguen hambrientos y por eso la oración sigue siendo tan necesaria.
Tantos años rezando el Padre nuestro y quizás todavía no he aprendido a perdonar de verdad…
Tantos años rezando el Padre nuestro y no termino de comprender ni aceptar mi debilidad y nuestra debilidad que nos hace caer en la tentación.
Tantos años rezando el Padre nuestro como si sólo fuera «Padre mío».
Tantos años rezando el Padre nuestro… tantos años, Señor…
No hay comentarios:
Publicar un comentario