1. SAN IRENEO DE LYON (siglo II, uno de los primeros Padres de la Iglesia en llamar a María “la nueva Eva”).
2. WILLIAM TYNDALE (siglo XVI, teólogo protestante y traductor de la Biblia al inglés, quien rechazó las doctrinas marianas).
SAN IRENEO DE LYON: Así como Eva trajo la desobediencia al mundo, María trajo la obediencia. Si Eva fue la madre de la humanidad caída, María es la madre de la nueva humanidad redimida en Cristo.
WILLIAM TYNDALE: María fue una mujer bendita, pero no la segunda Eva. La Escritura nunca la compara con Eva. Solo Cristo es el nuevo Adán (1 Corintios 15:45), y en Él está nuestra redención.
SAN IRENEO DE LYON: Pero la redención no sucedió de manera aislada. Dios quiso que la salvación llegara por medio de una mujer, así como la caída vino por una mujer. María cooperó en la obra de Cristo con su “sí” en la Anunciación.
WILLIAM TYNDALE: No necesitamos mediadores adicionales. La salvación viene solo por Cristo. María fue un instrumento, pero no tuvo un papel redentor.
SAN IRENEO DE LYON: Eva también fue un instrumento, pero para la caída. María no es solo un canal pasivo, sino que su fe y obediencia la convierten en la madre espiritual de los redimidos.
WILLIAM TYNDALE: La Biblia no dice que María sea la madre espiritual de nadie. Jesús mismo dijo: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” (Mateo 12:48). Lo importante es la fe en Dios, no el linaje terrenal.
SAN IRENEO DE LYON: Pero en la cruz, Jesús le dijo a Juan: “He ahí a tu madre” (Juan 19:27). No solo estaba encargando a María a Juan, sino que estaba estableciendo su maternidad espiritual sobre todos los creyentes.
WILLIAM TYNDALE: Eso fue un acto de amor personal, no una declaración universal. Jesús nunca enseñó que María tuviera un papel especial en la salvación.
SAN IRENEO DE LYON: Pero la Iglesia primitiva siempre la reconoció como la nueva Eva. ¿Por qué rechazar una enseñanza sostenida desde los primeros siglos?
WILLIAM TYNDALE: Porque la autoridad está en la Escritura, no en la tradición. Si algo no está explícito en la Palabra de Dios, no debemos imponerlo como doctrina.
SAN IRENEO DE LYON: La Escritura debe interpretarse en el contexto de la fe recibida de los apóstoles. La Iglesia no inventó la figura de María como la nueva Eva, sino que la reconoció en la historia de la salvación.
WILLIAM TYNDALE: La única comparación válida es entre Adán y Cristo. Eva no tiene equivalencia en la redención, porque la obra de Cristo fue suficiente sin necesidad de una “segunda Eva”.
SAN IRENEO DE LYON: Y sin embargo, Dios quiso que la encarnación sucediera a través de María. Si ella hubiera dicho “no”, la historia habría sido distinta. Su papel es único, no como salvadora, sino como la mujer que restauró la obediencia donde Eva falló.
WILLIAM TYNDALE: Lo único necesario para la salvación es la fe en Cristo. No hay “segunda Eva”, solo un Salvador.
SAN IRENEO DE LYON: Y ese Salvador nació de una mujer, la más bendita de todas. No es coincidencia, sino el cumplimiento de un plan divino.
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