Job, hombre justo que sufrió la pérdida de su familia, salud y bienes. Aunque resistió con fe, también se quejó amargamente contra Dios, exigiendo explicaciones.
Job no es villano, pero su momento de queja lo pone en juicio estoico. Marco Aurelio decía: “¿Por qué temes lo que puedes soportar?”
En su dolor, Job osciló entre la virtud y el resentimiento. Su error no fue sufrir, sino exigir que el universo respondiera a su lógica.
Epicteto recordaría que lo importante no es lo que sucede, sino cómo lo enfrentas. Job, aunque justo, perdió por momentos la virtud de la aceptación sabia.
Job enseña que incluso el justo puede fallar si espera recompensas por su virtud. El estoico actúa bien sin esperar nada a cambio, y acepta el dolor como parte de la forja del alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario