El nefilim es una figura enigmática mencionada brevemente en la Biblia, concretamente en el libro del Génesis.
Su nombre significa “los caídos” o “los derribadores”, y han sido interpretados como gigantes, semidioses o seres híbridos.
Según el texto, los nefilim surgieron cuando los “hijos de Dios” (interpretados por algunos como ángeles caídos) se unieron con las “hijas de los hombres”, dando origen a una raza poderosa y temida en tiempos antiguos.
Estos seres habrían vivido antes del diluvio y eran descritos como “los héroes de antaño, hombres de renombre”.
Para algunas tradiciones judías, los nefilim fueron los causantes de la corrupción de la humanidad y uno de los motivos del diluvio universal. En otras corrientes, se les ha vinculado con gigantes históricos o incluso con civilizaciones perdidas.
Su imagen ha sido retomada por teólogos, ocultistas y novelistas como símbolo del poder prohibido, la mezcla de lo divino con lo terrenal y la transgresión de los límites impuestos por Dios.
Fuentes: Génesis 6:1–4; Libro de Enoc (capítulos 6–16); Jubileos 5:1–11.
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