Caín, primer hijo de Adán y Eva ,conocido por cometer el primer homicidio de la humanidad al asesinar a su hermano Abel por celos y enojo.
Desde la perspectiva estoica, Caín falló rotundamente en el dominio de sus pasiones. Séneca advertía que la ira es una locura breve, una emoción destructiva que nos lleva a actuar contra la razón. Caín no solo se dejó consumir por el resentimiento, sino que eligió la violencia como respuesta a su dolor interno.
Epicteto enseñaba que no debemos culpar a otros por lo que sentimos. Caín culpó a Abel, a Dios, al mundo… menos a sí mismo. En el juicio estoico, se declara culpable por falta de sabiduría, templanza y justicia.
Caín nos muestra que el verdadero enemigo no está fuera, sino dentro. Que el dolor no controlado se transforma en destrucción. Que el camino estoico comienza donde dejamos de justificarnos y asumimos con serenidad la responsabilidad de nuestros impulsos. Su historia es una advertencia para todo hombre que no vigila su interior.
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